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Los días de acuerdos de la Corte Suprema son los martes y viernes.

El martes, por tres


lados diferentes se había podido chequear que había una mayoría de cuatro votos para
lograr la reducción de la condena de 14 a 8 años de prisión que sufre Romina desde su
juicio oral. Los votos correspondían a Zafaroni, Fayt, Maqueda y Lorenzetti. La
confirmación de esta mayoría fue publicada en los diarios La Nación (que la semana
pasada había apostado a que no se lograra esa mayoría) y Página 12. Claro, las
repercusiones fueron muchas… reportajes en radios y televisión, entrevistas dadas por
la propia Romina… y la alegría de todos los que durante tanto tiempo luchamos por su
libertad. Pensábamos que al fin se concretaba ese sueño, y pensábamos también qué
balance haríamos desde el campo popular…
Pero algo pasó en el medio, alguien metió la cola, y el voto mayoritario dejó de serlo
cuando Lorenzetti, por alguna de esas vulnerabilidades de los hombres del sistema, hizo
que la mayoría fuera otra, y se rechazó por 4 votos contra 3 el recurso interpuesto a
favor de Romina, quedando así firme la condena a 14 años de prisión. Lo extraño, que
suma para saber quién metió la cola, fue que tres horas antes de que terminara la
reunión de la Corte, alguien filtró en medio de la reunión la decisión mayoritaria por un
solo medio: el de Hadad (C5N), hoy aliado de K en medio de los cruces entre el
gobierno y Clarín. Claro, a esto debemos sumar que ya veníamos con un dictamen
desfavorable de la Procuración (Dr. Casal) bajo las órdenes del abogado personal del
matrimonio K: Righi.
A la vulnerabilidad de Lorenzetti y la vulnerabilidad de la Corte, se le sumó el mismo
día otra decisión reaccionaria: el fallo favorable al fascista Patti.-
La sorpresa fue grande para muchos, para Romina y la familia especialmente. Sin
embargo es bueno que se haya filtrado el antes y el después: quedó claro que la
independencia es cuento.
Así, la reducción de pena que era lo que se negociaba a fin de que el fallo para Romina
favorable lograra mayoría, ya no fue necesaria. Tanto Fayt como Zaffaroni tuvieron un
voto en disidencia desarrollando de una manera muy clara y completa la
inimputabilidad de Romina, cada motivo por el cual Romina no debió ser condenada:
Porque las pericias de los peritos de oficio (que no tienen que tener más peso que las de
parte) fueron inducidas en sus informes a condenar, y no relatan nada respecto del
momento del hecho, como sí lo hace la pericia que determina la existencia de un
episodio psicótico. El voto analiza la situación de Romina en su embarazo, expresando:
“también fue inexplicablemente subestimada la importancia del estado puerperal. (…)
El estado puerperal no es una mera fictio iuris, sino un real estado existencial de la
mujer al dar a luz.
“Es imposible no representarse un estado de importante y grave desequilibrio en quien
da a luz por vez primera, casi como un animal, sentada en un inodoro, sin ninguna clase
de asistencia y en condiciones de total falta de asepsia. Tejerina ocultó su embarazo
durante su transcurso, se encontró durante el inesperado parto privada de medios asis-
tenciales y farmacológicos y en ese momento, ni siquiera, al reclamar la ayuda de su
hermana, obtuvo respuesta alguna.
“No existió reflexión alguna por parte de los forenses en cuanto a lo que implica parir a
‘un naciendo arrastrando en casi avalancha (no olvidar que el parto fue en bloque) tras
sí, cordón y placenta... bajo el dolor de un proceso en curso patológico, sin ayuda
alguna’.
El voto de los Dres. Zafaroni y Fayt finaliza con una reflexión: “No puede admitirse que
se intente combatir con derecho penal al desamparo”.
La decisión implicó un golpe para quienes nos habíamos ilusionado con abrazar a
Romina en libertad en junio, pero Romina está entera, como dijo su psicóloga, e incluso
es la más entera en su entorno familiar.
Cuando Romina fue condenada, logramos escapar a la prisión perpetua. Prisión
perpetua de la que no escapó otra joven poco tiempo después en Jujuy, también
protagonista de un infanticidio, que fue condenada a prisión perpetua.
Queríamos más, queríamos su libertad inmediata. Pero el sistema no perdona cuando se
logran quiebres profundos, como logramos con Romina. Porque de hace un tiempo a
esta parte, sabemos cuanto cambió la situación de las mujeres que hoy hablan en vez de
callar, que enfrentan la culpa y la vergüenza que ocasiona haber sido víctimas de un
abuso porque la sociedad las considera objetos de los que se puede disponer. Cambió la
conciencia en muchas, y justamente en aquellas que siendo oprimidas comienzan a
hacerse cargo de esa opresión, como primer paso para luchar contra ella. Por eso es tan
profundo. Por eso las fisuras fueron muchas, pero no alcanzaron hasta ahora para
arrancar una decisión mayoritaria a favor de Romina, pero si minoritaria, de tres votos
(dos por la inimputabilidad y uno por la reducción de la pena).-
Esta fisura no es un detalle para Romina y la lucha emprendida que seguimos. Porque
tres de siete han dado argumentos que confirman lo que tanto defendimos en estos años:
la libertad de Romina.
Y esos argumentos, y la lucha de tanto tiempo, y semejante movimiento generado, y las
fisuras, nos siguen convenciendo para seguir luchando por el indulto a Romina, por las
conmutaciones de pena que anualmente se otorga a todos los detenidos según la
conducta, pero especialmente, para que se incorpore la figura del infanticidio al Código
Penal nuevamente, con una pena mínima para las mujeres que bajo el estado puerperal
(durante o después del parto) matan a sus hijos. Esa figura puede lograr la libertad de
Romina porque se aplica en derecho penal la ley más beningna. No solo la situación de
Romina estaría contemplada: también la de la joven de Córdoba absuelta por el tribunal
popular, la de Rita de Entre Ríos, la de Susana Colliman en Neuquén, etc.
Otra vez, como tantas, el caso Romina ayuda a quitarse vendas, y desnuda la tozudez
del sistema y el ensañamiento contra ella. Pero nunca es gratis para el sistema y el poder
lo que ella sufre. Nunca les ha salido gratis. Por eso siempre decimos: Romina ha hecho
mucho con su historia pública por las mujeres, y lo pagará siempre. Le debemos por ello
liberarla.
Hoy sabemos de vulnerabilidades en y de la Corte Suprema que parecía un bastión de
independencia y progresismo. Y la Dra. Argibay, que parecía defensora de los derechos
de las mujeres, dejó en claro que su apariencia no tenía nada que ver con su esencia.
Ella con Higton, Lorenzetti y Petrachi castigaron a Romina.
Ni siquiera cuando Romina salga en libertad terminará esta lucha, pero debemos
acercarnos a esa libertad imponiendo la figura del infanticidio en el Código Penal.

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